De – Fyodor Dostoevsky
Dirección – Luís Araújo
Dramaturgia – Luís Araújo y Nuno Cardoso
Escenografía – Tiago Pinhal Costa
Diseño de luces – Rui Monteiro
Diseño de sonido – Pedro Augusto
Vestuario – Sara Pazos
Multimedia – Luís Araújo y Sara Pazos
Fotografía – Sara Pazos
Interpretación – Nuno Cardoso
Coproducción – Ao Cabo Teatro, Centro Cultural Vila Flor, Centro de Arte de Ovar, Theatro Circo , M/12 años
No intentes desacralizar el miedo desmitificar la arrogancia sólo vive tus días lentos sin convertir tu propia vida en un espectáculo ruidoso o molesto para los demás nadie te pagará con la misma moneda, pero eso no debería importarte, o casi nada, cuando la vida gane suficiente entidad podrás tirar todo lo demás por la borda.
Camilo José Cela, Ofício de Trevas 5 (1973)
El Hombre Subterráneo no es un hombre «representativo» que consiente y adopta el determinismo. Tampoco es una anomalía, una excepción. En una sociedad estricta, científica y productivista, ese hombre existe para crear un contrapunto, para presentar respuestas diferentes a las mismas preguntas.
En la sociedad mecanicista del siglo XIX, este antihumanista estaría metafóricamente, y quizá realmente, en un subterráneo inhabitable, un lugar oscuro y sin ventanas, sin público que le escuchara. Al leer hoy este libro, me han entrado ganas de ofrecerle las oportunidades del siglo XXI: ofrecerle el espacio y los mecanismos que utilizan los profetas del coaching vital,
de la emprendeduría y la oratoria motivacional, por los que pretenden o creen tener respuestas, la salvación, los gurús del humanismo barato, los hombres «carismáticos» que llenan auditorios y salones de hotel para hacer team building, para decir a multitudes dispuestas a creer cualquier cosa generalidades como «si puedes soñarlo, puedes hacerlo», que se enriquecen en sesiones de autógrafos por la 10ª edición de su 10º libro, los que inundan Internet con presentaciones de productos, charlas y testimonios que rozan la experiencia religiosa.
Pero un texto tan grueso no cabe dentro de un powerpoint, no se presta a una explicación sin lucha, y así, a pesar de los gestos agresivos de quien realmente quiere hacerse entender, todo es inercia. El orador se ve forzado a un dinamismo artificial que contradice lo que se dice. Y esta lucha entre lo que se dice y el modelo en el que se dice da lugar a una fricción frustrante que hace que todo el esfuerzo sea inglorioso. Que, al fin y al cabo, es lo único que se dice.
Cuando elegí el subtítulo El fin de los fines es no hacer nada para este Underground, me acordé de una entrevista que leí hace años en la que le preguntaban a Leon Lederman cuál creía que era la ecuación más completa, la que mejor explicaba el mundo. Su respuesta fue una de las más sencillas: F = ma, la fuerza es igual a la masa por la aceleración, es decir, si empujas un cuerpo, reacciona.
empujas un cuerpo, éste reacciona moviéndose y cuanto mayor es la fuerza aplicada, mayor es la reacción. Queda por ver si este Hombre Subterráneo se niega a moverse o si los demás se niegan a tocarle.
Nietzsche mató a Dios y Foucault mató al hombre. ¿Qué nos queda?
Para el Hombre Subterráneo, sea lo que sea, no se puede decir que sea un espectáculo muy interesante.







